La ciencia moderna no ha brotado perfecta y completa de los cerebros de Galileo y Descartes, había sido preparada por un largo esfuerzo del pensamiento. Y no hay nada más interesante, más instructivo ni más sobrecogedor que la de la historia de ese esfuerzo, la historia del pensamiento humano que trata con obstinación los mismos eternos problemas, encontrando las mismas dificultades, luchando sin tregua contra los mismos obstáculos y forjando lenta y progresivamente los instrumentos y herramientas, es decir, los nuevos conceptos, los nuevos métodos de pensamiento, que permitirán por fin superarlos".
Alexandre Koyré
El término o concepto de Revolución Científica, lo debemos a los historiadores del período de la Ilustración, quienes calificaron las transformaciones introducidas por Copérnico, Galileo, Newton y otros en la astronomía y física como rupturas revolucionarias con el pasado que iniciaron periodos nuevos en el pensamiento. Esta interpretación que ve el desarrollo de la ciencia puntuado por discontinuidades creativas interesa desde hace mucho tiempo a los historiadores.
El sello de la revolución científica está impresa en la investigación actual: quien acuñó el concepto fue el ruso Alexandre Koyré, quien la empleó por primera vez en 1939. Rupert Hall lo utilizó como titulo para su libro The Cientific Revolution
(1954), y la idea se incorporó al acervo anglo-norteamericano a través de The Originas of the Modern Science 1300-1800 de Butterfield (1949). Otro ejemplo "paradigmático" es el de Thomas S. Khun con La Estructura de las Revoluciones Científicas de 1962. La investigación en estos términos se ha visto enfrentada a numerosos problemas, como por ejemplo el de la cronología. La mayor parte de los historiadores afirman que la revolución científica se extiende a lo largo de los siglos XVI y XVII, desde Vesalio y Copérnico hasta Newton. Otros consideran periodos más cortos centrando la revolución en el siglo XVII, y otros incluso algunos períodos más largos, remontando a los pensadores "modernos" a partir del siglo XIII.
Por otra parte los historiadores tampoco se ponen de acuerdo respecto a que lugar ocupa la revolución científica en el conjunto de la historia, situándola algunos como parte de otras revoluciones como la burguesa; o a la inversa, como Hall que considera el cambio científico como al margen de presiones socioeconómicas y políticas. Para la realización de este trabajo sobre la revolución científica tomaré una posición intermedia entre ambas, ya que el desarrollo que concluye con una ciencia institucionalizada se mantuvo prácticamente aislado de presiones políticas y económicas, en entidades como la Royal Society o la Academia de Ciencias de Paris, y a su vez ninguna filósofo natural o institución se encontró totalmente ajeno a las circunstancias socioeconómicas y políticas, ni de "los limites de lo pensable" de su época.
Según Koyré, Butterfield, Hall y sus discípulos, la ciencia se había transformado por medio de saltos impredecibles de la razón, idea conocida como "Interpretación Clásica". Para ellos, la ciencia es fundamentalmente pensamiento, y como tal y en ultimo extremo filosofía; es una empresa profundamente intelectual, cuyo objeto reside en alcanzar una comprensión del cosmos en términos que son en último extremo filosóficos.
La formación de la actitud científica moderna es una línea divisoria mucho mas importante que el Renacimiento o la Reforma, fue el momento en que en Europa se produjo la llegada de una nueva era intelectual y espiritual en que la civilización occidental superó las mitologías tradicionales para afrontar las realidades de la naturaleza, y constituyó una gran línea divisoria entre la mentalidad tradicional o primitiva de los "antiguos" y la racionalidad madura de los "modernos".
Rupert Hall caracteriza la revolución científica como el conocimiento del mundo externo que actualmente suponemos que existe con independencia del hombre –aunque en el
pasado reciente existía la creencia universal de que una de las mejores razones para estudiar la naturaleza era la intima relación entre esta y el hombre-.
es el fenómeno de desplazamiento –todavía parcial, incompleto- de una idea de la naturaleza por otra idea; de una "visión del mundo" por otra.
la ciencia moderna se diferencia notablemente . Exige criterios rigurosos en la observación y los experimentos. Excluye los agentes espirituales de su esfera y acepta un materialismo puro. Distingue entre teorías confirmadas, hipótesis plausibles y especulaciones tentativas: tres grados de confianza y tal vez, a la inversa, tres grados distintos de estímulo intelectual. Es sumamente matemática en su estructura y argumentos. la mejor prueba de una teoría es la verificación de las conclusiones (predicciones) extraídas de ella. Además las teorías incitan a la investigación y los frutos de ésta imponen la formulación de teorías. Estas características se adquirieron mediante el estudio de la naturaleza durante un periodo de transición que desde finales del siglo XVII se denomina por conveniencias "revolución científica" y se retuvieron mediante el desarrollo detallado tanto del conocimiento basado en datos como en su ordenamiento teórico.
Hall concluye: "podría decirse que este libro trata de la victoria de la racionalidad sobre la religiosidad".
Parece útil caracterizar las transformaciones que ocurrieron en la ciencia en los siglos XVI y SXVII como revolucionarios. Las doctrinas tradicionales se habían atrincherado fuertemente en los seminarios y Universidades, libros de texto, programas y en las mentes cultas, y estaban protegidas por los guardianes de la ortodoxia intelectual: las iglesias cristianas, el papado; en episodios claves como la quema de Giordano Bruno y el juicio a Galileo. Lo cierto es que el siglo XVII fue un escenario de violentos conflictos entre filosofías naturales rivales, que se convertían en luchas entre lo viejo y lo nuevo. Muchas ciencias experimentaron reorientaciones fundamentales: en astronomía, física, química, desde el punto vista metodológico, y uno de los más importantes: en las matemáticas, cuyos adelantos dieron la ciencia la posibilidad de calcular y controlar aspectos que antes habían sido impresionistas. Consideradas colectivamente, este conjunto de investigaciones supusieron una progresión de fructíferas reformulaciones de fundamentos hasta que, especialmente con Newton, se alcanzó una síntesis coherente, de extraordinario alcance y potencial y capaz de solucionar tanto los problemas cotidianos, como de generar futuras investigaciones.
Las transformaciones ocurridas en la ciencia no solo eran revolucionarias en cuanto a las técnicas y conceptos, sino también en la medida que situaron a la ciencia en un papel no conocido en la cultura y conciencia europeas. Impusieron nuevas concepciones de la naturaleza y de la relación del hombre con ella, una naturaleza que se había descubierto como realmente era: racional, regulada, gobernada por leyes y mecánica. Mas exactamente las ciencias del siglo XVII impusieron su propio modelo de naturaleza como orden regular y mecánico que legitimaba el control intelectual y practico de la naturaleza por parte del científico. Se elaboraron nuevas formulaciones de los principios fundamentales. Fue necesarios insistir en una división entre Dios y la naturaleza, quien en la filosofía mecánica se atribuía toda actividad, pero con un papel cada vez más distante, quedando la naturaleza reducida a una maquina inerte y pasiva. También con el cartesianismo fueron separados en hombre y la naturaleza, separación que le permitió actuar sobre ella. Una vez que la naturaleza había sido "desencantada", los científicos reclamaron cada vez con mas fuerza el derecho del hombre –como dijo Bacon- a "conquistarla y subyugarla", a someterla a la "tortura" para que revelara la verdad. Dios se hizo más remoto y la naturaleza menos sacrosanta. El derecho del hombre al progreso a través de la consecución del conocimiento de la naturaleza pasó a ser el eje central de las teorías más influyentes sobre el destino humano, y la conquista de la naturaleza se convirtió en un objetivo practico, noble, incluso divino.
La transformación material de Occidente durante los últimos tres siglos habría sido imposible sin la capacidad técnica generada por la ciencia del siglo XVII, pero también habría sido impensable sin la sanción y el estimulo de nuevas visiones de las ciencias y la naturaleza formuladas por el baconianismo, el cartesianismo y otras filosofías paralelas del siglo XVII.
Una característica importante del desarrollo científico durante los siglos XVI al XVIII, es que las ciencias actúan en subculturas, quedando al margen en diversos grados, de las presiones políticas diversas, elemento que debemos tener en cuenta por ser uno de los rasgos fundamentales y duraderos de la transformación científica del período.
En efecto, el siglo XVII contemplo dos acontecimientos fundamentales con respecto a la posición social de la ciencia. El primero de ellos es la fundación de sociedades dedicadas exclusivamente a la ciencia natural,con frecuencia bajo protección real, pero generalmente con una cierta autonomía.
la ciencia fue "socializada" y, en consecuencia, por primera vez se alcanzó una cierta presencia pública con independencia de la corte, la Iglesia o la Universidad. En segundo lugar, la ciencia adquirió una voz internacional más estable. En especial, el incremento de publicaciones científicas a través de la revistas institucionales como la Philosophical Transactions, de la Royal Society, hizo surgir un autentico cosmopolitismo científico. a través de este tipo de acontecimientos iría tomando forma una comunidad científica.
Todo este tipo de acontecimientos dio a la ciencia una extraordinaria continuidad como institución social que en parte explicanque se haya visto inmune desde el siglo XVII a los ataques de los contrarrevolucionarios.
Alexandre Koyré
El término o concepto de Revolución Científica, lo debemos a los historiadores del período de la Ilustración, quienes calificaron las transformaciones introducidas por Copérnico, Galileo, Newton y otros en la astronomía y física como rupturas revolucionarias con el pasado que iniciaron periodos nuevos en el pensamiento. Esta interpretación que ve el desarrollo de la ciencia puntuado por discontinuidades creativas interesa desde hace mucho tiempo a los historiadores.
El sello de la revolución científica está impresa en la investigación actual: quien acuñó el concepto fue el ruso Alexandre Koyré, quien la empleó por primera vez en 1939. Rupert Hall lo utilizó como titulo para su libro The Cientific Revolution
(1954), y la idea se incorporó al acervo anglo-norteamericano a través de The Originas of the Modern Science 1300-1800 de Butterfield (1949). Otro ejemplo "paradigmático" es el de Thomas S. Khun con La Estructura de las Revoluciones Científicas de 1962. La investigación en estos términos se ha visto enfrentada a numerosos problemas, como por ejemplo el de la cronología. La mayor parte de los historiadores afirman que la revolución científica se extiende a lo largo de los siglos XVI y XVII, desde Vesalio y Copérnico hasta Newton. Otros consideran periodos más cortos centrando la revolución en el siglo XVII, y otros incluso algunos períodos más largos, remontando a los pensadores "modernos" a partir del siglo XIII.
Por otra parte los historiadores tampoco se ponen de acuerdo respecto a que lugar ocupa la revolución científica en el conjunto de la historia, situándola algunos como parte de otras revoluciones como la burguesa; o a la inversa, como Hall que considera el cambio científico como al margen de presiones socioeconómicas y políticas. Para la realización de este trabajo sobre la revolución científica tomaré una posición intermedia entre ambas, ya que el desarrollo que concluye con una ciencia institucionalizada se mantuvo prácticamente aislado de presiones políticas y económicas, en entidades como la Royal Society o la Academia de Ciencias de Paris, y a su vez ninguna filósofo natural o institución se encontró totalmente ajeno a las circunstancias socioeconómicas y políticas, ni de "los limites de lo pensable" de su época.
Según Koyré, Butterfield, Hall y sus discípulos, la ciencia se había transformado por medio de saltos impredecibles de la razón, idea conocida como "Interpretación Clásica". Para ellos, la ciencia es fundamentalmente pensamiento, y como tal y en ultimo extremo filosofía; es una empresa profundamente intelectual, cuyo objeto reside en alcanzar una comprensión del cosmos en términos que son en último extremo filosóficos.
La formación de la actitud científica moderna es una línea divisoria mucho mas importante que el Renacimiento o la Reforma, fue el momento en que en Europa se produjo la llegada de una nueva era intelectual y espiritual en que la civilización occidental superó las mitologías tradicionales para afrontar las realidades de la naturaleza, y constituyó una gran línea divisoria entre la mentalidad tradicional o primitiva de los "antiguos" y la racionalidad madura de los "modernos".
Rupert Hall caracteriza la revolución científica como el conocimiento del mundo externo que actualmente suponemos que existe con independencia del hombre –aunque en el
pasado reciente existía la creencia universal de que una de las mejores razones para estudiar la naturaleza era la intima relación entre esta y el hombre-.
es el fenómeno de desplazamiento –todavía parcial, incompleto- de una idea de la naturaleza por otra idea; de una "visión del mundo" por otra.
la ciencia moderna se diferencia notablemente . Exige criterios rigurosos en la observación y los experimentos. Excluye los agentes espirituales de su esfera y acepta un materialismo puro. Distingue entre teorías confirmadas, hipótesis plausibles y especulaciones tentativas: tres grados de confianza y tal vez, a la inversa, tres grados distintos de estímulo intelectual. Es sumamente matemática en su estructura y argumentos. la mejor prueba de una teoría es la verificación de las conclusiones (predicciones) extraídas de ella. Además las teorías incitan a la investigación y los frutos de ésta imponen la formulación de teorías. Estas características se adquirieron mediante el estudio de la naturaleza durante un periodo de transición que desde finales del siglo XVII se denomina por conveniencias "revolución científica" y se retuvieron mediante el desarrollo detallado tanto del conocimiento basado en datos como en su ordenamiento teórico.
Hall concluye: "podría decirse que este libro trata de la victoria de la racionalidad sobre la religiosidad".
Parece útil caracterizar las transformaciones que ocurrieron en la ciencia en los siglos XVI y SXVII como revolucionarios. Las doctrinas tradicionales se habían atrincherado fuertemente en los seminarios y Universidades, libros de texto, programas y en las mentes cultas, y estaban protegidas por los guardianes de la ortodoxia intelectual: las iglesias cristianas, el papado; en episodios claves como la quema de Giordano Bruno y el juicio a Galileo. Lo cierto es que el siglo XVII fue un escenario de violentos conflictos entre filosofías naturales rivales, que se convertían en luchas entre lo viejo y lo nuevo. Muchas ciencias experimentaron reorientaciones fundamentales: en astronomía, física, química, desde el punto vista metodológico, y uno de los más importantes: en las matemáticas, cuyos adelantos dieron la ciencia la posibilidad de calcular y controlar aspectos que antes habían sido impresionistas. Consideradas colectivamente, este conjunto de investigaciones supusieron una progresión de fructíferas reformulaciones de fundamentos hasta que, especialmente con Newton, se alcanzó una síntesis coherente, de extraordinario alcance y potencial y capaz de solucionar tanto los problemas cotidianos, como de generar futuras investigaciones.
Las transformaciones ocurridas en la ciencia no solo eran revolucionarias en cuanto a las técnicas y conceptos, sino también en la medida que situaron a la ciencia en un papel no conocido en la cultura y conciencia europeas. Impusieron nuevas concepciones de la naturaleza y de la relación del hombre con ella, una naturaleza que se había descubierto como realmente era: racional, regulada, gobernada por leyes y mecánica. Mas exactamente las ciencias del siglo XVII impusieron su propio modelo de naturaleza como orden regular y mecánico que legitimaba el control intelectual y practico de la naturaleza por parte del científico. Se elaboraron nuevas formulaciones de los principios fundamentales. Fue necesarios insistir en una división entre Dios y la naturaleza, quien en la filosofía mecánica se atribuía toda actividad, pero con un papel cada vez más distante, quedando la naturaleza reducida a una maquina inerte y pasiva. También con el cartesianismo fueron separados en hombre y la naturaleza, separación que le permitió actuar sobre ella. Una vez que la naturaleza había sido "desencantada", los científicos reclamaron cada vez con mas fuerza el derecho del hombre –como dijo Bacon- a "conquistarla y subyugarla", a someterla a la "tortura" para que revelara la verdad. Dios se hizo más remoto y la naturaleza menos sacrosanta. El derecho del hombre al progreso a través de la consecución del conocimiento de la naturaleza pasó a ser el eje central de las teorías más influyentes sobre el destino humano, y la conquista de la naturaleza se convirtió en un objetivo practico, noble, incluso divino.
La transformación material de Occidente durante los últimos tres siglos habría sido imposible sin la capacidad técnica generada por la ciencia del siglo XVII, pero también habría sido impensable sin la sanción y el estimulo de nuevas visiones de las ciencias y la naturaleza formuladas por el baconianismo, el cartesianismo y otras filosofías paralelas del siglo XVII.
Una característica importante del desarrollo científico durante los siglos XVI al XVIII, es que las ciencias actúan en subculturas, quedando al margen en diversos grados, de las presiones políticas diversas, elemento que debemos tener en cuenta por ser uno de los rasgos fundamentales y duraderos de la transformación científica del período.
En efecto, el siglo XVII contemplo dos acontecimientos fundamentales con respecto a la posición social de la ciencia. El primero de ellos es la fundación de sociedades dedicadas exclusivamente a la ciencia natural,con frecuencia bajo protección real, pero generalmente con una cierta autonomía.
la ciencia fue "socializada" y, en consecuencia, por primera vez se alcanzó una cierta presencia pública con independencia de la corte, la Iglesia o la Universidad. En segundo lugar, la ciencia adquirió una voz internacional más estable. En especial, el incremento de publicaciones científicas a través de la revistas institucionales como la Philosophical Transactions, de la Royal Society, hizo surgir un autentico cosmopolitismo científico. a través de este tipo de acontecimientos iría tomando forma una comunidad científica.
Todo este tipo de acontecimientos dio a la ciencia una extraordinaria continuidad como institución social que en parte explicanque se haya visto inmune desde el siglo XVII a los ataques de los contrarrevolucionarios.
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